Un organismo genéticamente modificado es un organismo cuyo material
genético ha sido alterado usando técnicas de ingeniería genética. La definición
estadounidense incluye igualmente las modificaciones realizadas mediante la
selección artificial. La ingeniería genética permite modificar organismos
mediante la transgénesis, es decir, la inserción de uno o varios genes en el
genoma. Los OGM incluyen microorganismos como bacterias o levaduras, insectos,
plantas, peces y animales. Estos organismos son la fuente de los alimentos
genéticamente modificados, y son ampliamente utilizados en investigaciones
científicas para producir otros bienes distintos a los alimentos. El término
OGM está muy asociado al término técnico legal, «organismo viviente
modificado», definido en el Protocolo de Cartagena en Bioseguridad como,
especialmente, "cualquier organismo viviente que posee una combinación de
material genético obtenida mediante el uso de biotecnologías modernas".
Ventajas
Usos industriales
Mejoras en el proceso industrial
Para los consumidores
Para los agricultores
Ventajas para el ambiente
Inconvenientes
Daños a la salud humana
Impacto medioambiental
Para los agricultores
Impacto económico
En la actualidad, existen fuertes controversias entre promotores y
detractores de la producción de organismos genéticamente modificados, en
relación a su conveniencia, seguridad e impacto sobre el ambiente y el hombre.
La práctica de modificar genéticamente las especies para uso humano
acompaña a la humanidad desde sus orígenes, aunque solo recientemente se
realiza en laboratorios y no en el campo o zonas de cultivo directamente. Sin
embargo, la inocuidad de los transgénicos en el ambiente es objeto de
controversia entre los sectores a favor de esta clase de biotecnología y los
sectores ambientalistas en contra de la misma. Ambos
sectores esgrimen estudios científicos para sustentar sus posturas, y se acusan
mutuamente de ocultar - o ignorar - hechos frente al público.
Existe un amplio consenso científico en que los OMG que se encuentran
actualmente en el mercado no representan un peligro mayor que los alimentos
convencionales, y hasta la fecha no se ha documentado ningún caso de
enfermedad en humanos debido al consumo de OGM. De hecho, mientras
que los nuevos alimentos producidos por técnicas convencionales, la inocuidad
de las modificaciones raramente es evaluada. Sin embargo, todos los organismos
genéticamente modificados deben someterse a controles exhaustivos para
garantizar su inocuidad, tanto para la salud humana como para el ambiente antes
de ser comercializados.
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